domingo, 5 de septiembre de 2010

CATÁSTROFE EN PAKISTÁN: ENTRE LA PASIVIDAD MUNDIAL Y LA LÓGICA GEOPOLÍTICA




“Un desastre de dimensiones bíblicas” dicen las crónicas al referirse a uno de los mayores desastres naturales de los últimos años: las inundaciones que están ocurriendo en Pakistán como consecuencia del desbordamiento del Río Indo en casi toda su cuenca, del Norte a Sur del país, desde el inicio de las lluvias monzónicas, el 22 de Julio. Ya en Agosto de 2007 se produjo en todo el Sur de Asia un fenómeno semejante que afectó además a India, Nepal, Bután y Bangla Desh y fue declarado entonces por los organismos internacionales como “el peor desastre de Asia” (1). Y sorprende que, a pesar de todo, el mundo permanezca impasible ante una situación como la que se vive en estos momentos ya que, por las dimensiones que empieza a tomar, tendrá consecuencias mucho más graves que aquélla.

Esta catástrofe, al igual que la registrada hace 3 años, es sólo una muestra de los efectos inmediatos del cambio climático que llega y tiene unas características específicas y diferenciales en sus aspectos humanitarios y geopolíticos sobre las que merece la pena detenerse. Podemos empezar por su comienzo y evolución inicial, más larvada y paulatina que otras recientes, rasgo que sin embargo y lejos de hacernos pensar que el efecto final sobre vidas y haciendas sea menos grave, podemos vaticinar que, a corto y medio plazo, generará más dificultades que otros fenómenos de comienzo súbito que provocan una gran mortalidad inicial, como el reciente terremoto de Haití en Enero de este mismo año. Porque lo cierto es que el daño es ya incalculable cuando aún no hemos acabado de ver, un mes y medio después de su inicio, el final del desastre natural. El 9 de Septiembre, existen, según datos de OCHA (la Oficina de Ayuda Humanitaria de las Naciones Unidas) 20,5 millones de afectados en aquél país (más del 12% de la población), 1.752 fallecidos y 2.500 heridos, además de 1,8 millones de casas destruidas. Y sin embargo estos datos son poco informativos de la magnitud de los problemas cuando las previsiones para el futuro no pueden ser más pesimistas. De hecho los peores efectos para las vidas humanas llegarán más tarde, cuando la falta de agua, alimentos y medicamentos comience a hacer estragos en la salud y en las críticas condiciones de vida de los supervivientes, si no se toman las medidas adecuadas para evitarlo.
(Para continuar leyendo apriete más abajo)