miércoles, 20 de marzo de 2013

Así cualquiera, Comandante



Una de las cosas más sorprendentes, en el supuesto caso de que uno se pueda sorprender de algo a estas alturas, que he escuchado estos últimos días en los medios de comunicación en relación al fallecimiento del Comandante Hugo Chávez y a las impresionantes expresiones de duelo popular que se están registrando en Venezuela, ha sido la justificación que tertulianos, plumillas, cronistas de medio pelo y otros mediocres analistas políticos han encontrado para ello. Vienen a decir con muy poco pudor estos falsificadores de la realidad de aquí y de allá: "Claro, es normal que desate esta pasión en las multitudes y que su presencia, como su ausencia, provoque estas masivas manifestaciones de amor, y ahora de dolor, en el pueblo: ¡si ha gastado un montón de dinero en los pobres!". Y cuando lo dicen uno sólo espera que añadan: "Así cualquiera".

Cualquiera no, pienso yo, porque son pocos los que lo hacen. Desde luego ninguno de los líderes que admiran y ensalzan estos farsantes parapetados tras las ondas hercianas o en las redacciones de los periódicos. Cualquiera no. Porque mientras lo dicen, quizás sin darse cuenta, definen exactamente cómo interpretan el valor de la política y el de la función que ellos realizan en ese mercenariado que practican para el mejor postor: como una gran mascarada, un teatro, una farsa en la que lo que importa es quién y cómo engañar mejor a la gente. Claro, lo que sin duda tiene valor para ellos, por deducción, es conseguir que la gente te quiera, te admire o, al menos, te vote, usando los recursos de todos a favor sólo de unos pocos: de los más ricos y de sus intereses. Es decir lo que pasaba en Venezuela antes de la llegada de Chávez. O lo que pasa ahora en España con los dirigentes que tenemos. El bello arte de conseguir mayorías en las urnas contando mentiras y diciendo las cosas que la gente quiere oír para hacer luego exactamente lo contrario. Eso sí que tiene valor. Es el valor del engaño.

Y no debe ser fácil que te aúpen en el poder aquéllos contra cuyos intereses vas a emplearte a fondo. Pero es la inmensa farsa de las pseudo-democracias liberales en que nos hacen vivir. Y a nadie se le escapa que esta engañifa no sería posible sin el trabajo concienzudo de unos medios de comunicación amaestrados por los intereses de la minoría económica hegemónica.

Chávez trabajó por los pobres y la grandeza de su obra y de su legado se entiende tanto al examinar las tablas de indicadores que demuestran la enorme disminución de la pobreza y la desigualdad que logró como en las calles de Caracas al observar el dolor de los humildes que nutren las colas interminables para despedirse de él.

Lo dijo Cristina Fernández ante la capilla ardiente del Comandante: "Abrió las cabezas de la gente y no habrá, ya, quien las cierre. Le dio a la gente dignidad y no será fácil que nadie se la quite".

"Bajaron los monos de los cerros" decían antes los cronistas de la despiadada oligarquía  venezolana cuando las hordas de pobres que venían de los ranchitos inundaba Caracas, cada atardecer, para escarbar en la basura de los barrios residenciales.

Sí, bajaron. Pero ahora se quedan. ¡Y votan!

Hasta siempre, Comandante.


MNL


Pdta.- Una de las críticas más asiduas de la derecha venezolana hacia Chávez ha sido la de tacharle de populista por usar un lenguaje y unas formas comunicativas cercanas, llanas, sencillas y, a veces, algo histriónicas. Y me sorprende, si como se ha dicho eso fuera posible, ver hoy a jefe de la oposición, Capriles Radonsky, vestido de chándal ante cientos de partidarios gritando como un poseso: "¡Nicolás, no te vistas, que no vas, chico!" Aprenden rápido del Comandante. Ya se han fijado en las formas. Parece más difícil que se decidan a copiar lo de repartir la riqueza, trabajar por la justicia social y combatir la pobreza.

Irak: Triste décimo aniversario, el banquillo sigue vacío.


Hoy se celebra el décimo aniversario de aquella ignominia que fue la invasión de Irak. Fue el inicio de una guerra ilegal, injusta y sustentada sobre las mentiras de sus promotores. Estos solo buscaban, dando rienda suelta a sus impulsos megalómanos y bárbaros, apoderarse de las riquezas de aquél país y ajustarle las cuentas a un antiguo amigo y colaborador algo díscolo y desafiante.

Dijeron que querían destruir una dictadura y han destruido un país entero. Han causado más de un millón de muertos (ver en http://desigualdadesinjustas.blogspot.com.es/2011/12/cuentas-no-cuentos.html) y más dolor, sufrimiento y devastación que el dictador en todo su reinado. Hasta los más acérrimos detractores y enemigos de aquél régimen abyecto echan de menos a Saddam Hussein. Vivir bajo la bota del tirano era para muchos casi una "delicia" comparado con el infierno en que Bush, Blair y Aznar han convertido Irak. Las torturas y crímenes que han cometido los invasores públicos y privados, incluidas las protagonizadas por el ejército español del nefasto ministro Federico Trillo (el minis-trillo), son sólo una pequeña muestra de toda aquélla monstruosidad.

Pero estas atrocidades salen gratis, según parece. Los responsables de ello siguen sin responder ante la justicia. Hasta el New York Times de hoy clama ante la vergüenza que soporta el mundo porque Aznar, Blair, Bush y sus secuaces sigan moviéndose libremente y hasta perpetrando conferencias con total impunidad (ver en: http://www.nytimes.com/2013/03/20/opinion/ten-years-after-the-iraq-war-began.html?ref=opinion).

Cuando lo hagan, cuando respondan de sus crímenes, el mundo será un lugar un poco más respirable. No hay que perder la esperanza de que, más temprano que tarde, esto suceda.


Manuel


Pdta.- Otro ex, Zapatero, ha dado su versión de los hechos en este aniversario, sacando pecho por la retirada de las tropas españolas de aquél atormentado país que él ordenó (ver http://www.periodistadigital.com/periodismo/tv/2013/03/20/rodriguez-zapatero-cadena-ser-pepa-bueno-guerra-de-irak.shtml ). Incluso se atrevió, y es mucho atreverse, a contraponer aquélla inicua decisión del presidente del bigotillo con la que él tomó en relación a Libia, pavoneándose de que esta sí que fue una decisión justa y amparada en la legalidad internacional. Sin embargo ambas se parecen mucho más de lo que él dice. Para empezar, buscaban lo mismo: vengarse de un amigo "de toda la vida" que se había vuelto incómodo y despojar a un pueblo de sus riquezas. El resultado, también, fue muy similar: un país destrozado, una enorme cantidad de crímenes cometidos contra la población civil inocente, además de los crímenes de guerra, y la sensación universal y local que hoy se ha generalizado de que con el tirano se vivía mejor que con los "libertadores", testaferros y títeres impuestos por las grandes potencias. Por último y contra la versión falsificada de ZP, en el desprecio a la legalidad internacional son, ambas, como dos gotas de agua: si no tuviera la memoria tan flaca y la cara tan marmórea recordaría que lo que autorizó el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en relación a Libia fue la creación de "un corredor aéreo humanitario para la protección de la población civil" (resolución nº 1973  del 17 de Marzo de 2011). Es decir, nada que ver con la destrucción íntegra de un país, incluidos infraestructuras civiles, bienes y personas,  en la que colaboró nuestro ejército. Hasta diplomáticos del gobierno de ZP admitieron que nada tenía que ver el castigo que se estaba infringiendo a Libia con la autorización de la ONU (ver: http://desigualdadesinjustas.blogspot.com.es/2011/08/la-diplomacia-espanola-por-un-mundo-sin.html). Entonces, Sr. Zapatero, ¿valía todo en Libia, como nos quiere decir? ¿Es que acaso el Consejo de Seguridad les concedió patente de corso y licencia para destruir y matar libremente en la impunidad absoluta? No hay que ofender la inteligencia de la gente. Por hacerlo se ven como se ven... Algún lector y oyente se ha quejado, no obstante, de que no ha visto muy decidido a Zapatero, ante la pregunta de la periodista que le entrevistaba, a la hora de apoyar juicios justos contra los culpables de la guerra de Irak. ¿Y a mí que no me extraña? Se trata de la versión  infame de las barbas de tu vecino. Si el patético trio de las Azores debe responder ante la justicia internacional por Irak, ZP junto a la Sra. Jiménez y a la Sra. Chacón, deberían pasar, después, ante el mismo tribunal, a dar cuenta de sus propias barbaridades.

miércoles, 6 de marzo de 2013

¡La lucha sigue, Chávez vive!

   El tiempo, como siempre, se encargará de mostrar la inmensa figura, quizás irrepetible en su tiempo y en el contexto en que le tocó vivir, de este líder de los pobres y de los pueblos que luchan por sus derechos y por su libertad.
De todas las cosas, que en un día cómo hoy, 6 de Marzo,  se están publicando sobre Chávez, me quedo con esta de mi admirado Juan Torres López, que os recomiendo: 





Nota 1. Escucho la radio durante toda la mañana, tengo ese defecto y me admiro de la falta de capacidad de enfrentar causas y efectos que demuestran los cientos de analistas, tertulianos y otros desocupados que ocupan las ondas de las emisoras nacionales. Casi todos coinciden en una cosa: Chávez hizo mucho por los pobres (lo admiten porque ha muerto -decía mi abuela "a burro muerto la cebada al rabo"- aunque en vida nunca le concedieron ese mérito) pero dividió al país. Evidentemente, ignorantes o farsantes: una cosa es causa de la otra. Los hay que solo "se sublevan" cuando alguien hace algo a favor de los pobres. Cuando las políticas que se dictan desde el poder hacen cosas a favor de los ricos, o sea casi siempre, esos indignados se quedan de lo más tranquilos. ¿Por qué será que sólo hay división cuando gobierna la izquierda? ¿Mais, pourquoi? Díganmelo ustedes, mis queridos lectores...

Nota 2. Otra muy buena: esos mismos que no hilan bien las relaciones que se establecen entre las causas y los efectos no se cansan de señalar que Chavez  fue el gran enemigo de la libertad de expresión y de prensa en su país. Eso que llaman libertad de prensa es una falsedad porque la única libertad que reconocen es la de los multimillonario propietarios de los medios de comunicación para decir lo que quieran frente a la imposibilidad de los demás de hacer lo propio, y sigo hilando, es la causa fundamental de que los pueblos se dividan cuando gobierna Chávez pero no lo hagan cuando gobierna, un suponer, Carlos Andrés Pérez. Como veis lo mío con la epidemiología social ¡es mucho! Pues bien, un oyente ha llamado a la emisora para contar que, en la última campaña electoral venezolana escuchó en Caracas, que en un canal de televisión de la oposición (la inmensa mayoría) un candidato pidió que algún francotirador le pegara un tiro a Chávez en su próximo mitin. Así que ¿no hay libertad de expresión en Venezuela? Pues ¿qué más dirían esos demócratas y defensores de la libertad si la hubiera?

(Fotografía tomada de la portada del Diario Público, 6 de Marzo de 2013)