miércoles, 15 de febrero de 2012

Siria: a propósito de la "infamia" del veto de Rusia y China


Nadie quiere la guerra en Siria. Aunque cada día parezca más inevitable.

Nadie, si es bien nacido, puede desear el sufrimiento, el dolor o la muerte de los sirios. Ni de nadie.

Ni la falta de libertad, ni de respeto a los derechos elementales de todas las personas.

A partir de esas premisas básicas los caminos de los hombres, como los de Dios, son inescrutables. Pero los que escogen algunos, apestan.

En un editorial del diario "El País" en su edición del domingo 5 de Febrero de 2012 se calificaba como "infame" el veto de Rusia y China a la condena a Siria que algunos países del Consejo de Seguridad, a iniciativa de Estados Unidos, proponían a los demás miembros.

Es conocido el hecho de que iniciada esa carrera, las condenas se enlazan más en función de los intereses particulares de quienes las proponen (petróleo, dinero, ventaja geopolítica) que de los derechos de las personas a quien se dice defender, en los que jamás se piensa. Acaban, con frecuencia, en autorizaciones para poner en marcha "corredores aéreos"  para, supuestamente, proteger a la población civil, y que muchos sobrepasan a su gusto para acabar justificando como "humanitaria" una guerra en la que lo que menos importa son los humanos y lo que más "llevárselo" crudo (y a veces hasta "el crudo").

Vean sino la crónica de esta otra "infamia" a la que "El País" se sumó con entusiasmo:

El día 17 de Marzo de 2011 la ONU autorizó el uso de la fuerza para instaurar una "zona de exclusión aérea en Libia" con el objeto de "proveer asistencia a la población civil" (1). Esta resolución no fue vetada por Rusia y China, es decir, lo que hubiera querido "El Pais" que pasara de nuevo ante el caso sirio.
Inmediatamente la OTAN, alianza en la que participan EEUU, Francia, Reino Unido, España e Italia entre otros, inició una guerra teledirigida con el objeto de derrocar al dictador, apoyando en aquélla contienda civil a los opositores y provocando miles de víctimas civiles, además de la absoluta destrucción del país, incluyendo todo tipo de infraestructuras básicas para la población  (2). Así lo admitió el propio Obama (3) quien, como los demás aliados, no tardó en reconocer que ese era su objetivo, para apoderarse después de las reservas de petróleo libio una vez situado en el poder un gobierno títere (4). Que de "humanitaria" tenía poco la intervención fue reconocido incluso por destacados promotores de la guerra , como el diplomático español Bernardino León (5) quien justificó tanto la destrucción del país como el desprecio de los coaligados a la resolución original de Naciones Unidas que ellos, sibilinamente y con aviesas intenciones, habían promovido, abusando por tanto de  "la buena fe" de los demás miembros del Consejo, como Rusia y China. 

Tan "humanitaria" intervención culminó con la tortura, el linchamiento y asesinato de Gaddafi, en una ceremonia de sangre retransmitida en directo a través de los teléfonos móviles de los propios "luchadores por la libertad" que le ejecutaron y sobre la que aún no han respondido ninguno de los promotores de la intervención militar, a no ser la propia Sra. Clinton quién manifestó lo que pensaba de ello entre sonoras carcajadas transmitidas en directo por televisión (6).


Tras la caída del excéntrico líder árabe se ha instaurado de facto, y con la colaboración de los países aliados que promovieron su derrocamiento, un régimen de terror que, según cuentan las organizaciones independientes que allí trabajan, se equipara o supera las barbaries cometidas por aquél (7), aunque ni los medios de comunicación "libres", que tanto se preocuparon por denunciar los crímenes del anterior régimen, ni los países que le derrocaron nos den ninguna información. La situación se ha vuelto tan brutal que Médicos Sin Fronteras ha anunciado que se retira de Libia para no colaborar con las torturas y los crímenes que cometen  las nuevas autoridades (8).

Tras este breve resumen de aquélla "hazaña" cabe preguntarle al editorialista de "El País": ¿infamia? ¿de qué infamia nos habla? 

No es bueno tratar a la gente como si todos fuéramos idiotas. O como si no tuviéramos memoria. La tenemos. Y capacidad para discernir por qué a algunos les importan menos unos crímenes que otros.

A la mayoría nos importan todos.


Pdta del autor.- Estuve tentado de ilustrar este "post" con una foto de Gaddafi muerto tras ser torturado. Pero me ganaron los escrúpulos, el reparo y la prudencia. A última hora la cambié por esta de la Sra. Clinton festejando la noticia de su tortura y asesinato. También es pornografía pero si no sabes de qué se ríe, te parece hasta humana. La señora, digo. 


2ª pdta del autor.- Entre el coro de "indignados" a los que sigue "El País" a pies juntillas (España, EEUU, Turquía, Gran Bretaña), ha destacado recientemente la voz del corifeo mayor, el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon , lamentando el comentado veto, "en un alarde" de la neutralidad que  sería exigible a una persona que ostenta esa alta magistratura y responsabilizando a los países díscolos de lo que pueda pasar en Siria (9). Sí, se ve que se le da muy bien asignarlas  y muy mal asumirlas. Cuando los que ahora se rasgan las vestiduras destruyeron Libia provocando miles de víctimas, ni una palabra se le oyó decir, ni una queja, sobre el incalificable incumplimiento de la resolución aprobada en la institución que él preside. Cuando se asesina y tortura como ocurre ahora en aquél país, nadie le ha oído ni un comentario a favor de los derechos de los libios perseguidos y ejecutados. Sorprende en una persona como él, tan preocupada por derechos de los sirios y por los de los libios, eso sí, al parecer sólo de los libios a los que persiguió Gaddafi. ¿Qué? Si, lo mismo pienso yo: ¡a dónde irá la ONU con este personaje! No se queje ahora, Don Ban,  de la actitud de Rusia y China: es el resultado de sus malos ejemplos. De aquéllos polvos, estos lodos.
........................................................................................................................................................



No hay comentarios: